Tímida y dulce, siempre se esconde un poco mas allá... de nosotros mismos.
Por qué no usar contrastes como ayudas armoniosas para ver..., alzarnos, apenas rozar y sentir el latigazo de la belleza, de la realidad?
Por qué no usar contrastes como ayudas armoniosas para ver..., alzarnos, apenas rozar y sentir el latigazo de la belleza, de la realidad?
Y no solo los contrastes opuestos, extremos (que algunos dicen se usan para entender su significado - "podemos entender el frio sin conocer el calor?" - se preguntan... pero si el calor no es nada mas que un nivel de frío), sino también, y mejor, toda la escala de contrastes intermedios, complementarios, que multiplican mientras parece que suman, que nos elevan en vez de confundirnos.
Diferentes compositores, diferentes intérpretes y directores, distintas obras y versiones, distintos estilos, diversos tiempos... siete notas, infinitas combinaciones, cada una de ellas con infinitos matices inifinitamente matizables.
Cómo abrazar "la Belleza" que los une...? Cómo fundirse con "el calor" sin querer saber...? Cómo no entender para ser...?
La Música is el alef de los contrastes y de la tolerancia, por eso aleja de los extremos, de los opuestos, y nos empuja a la Realidad, a la Belleza, al Amor y por tanto a nosotros mismos verdaderos.
Oistrakh - Moscow Chamber Orchestra - Barshai- 1960 Hilary Hahn
- Rachmaninov - Concierto Piano N 2 Do Menor Op 18 - II Adagio Sostenuto
Kocsis - Edo de Waart
Zimmermann - Boston Symphony Orchestra - Ozawa
¿Conocemos nuestras notas?. Deberíamos preguntarnos cuánto tiempo dedicamos a componer nuestras propias piezas musicales. No hace falta ser músico, sólo estar vivo. La música es creación al fin y al cabo, es un conjunto de notas armoniosas que forman un todo. Bella definición, n' est ce pas?. Estamos en el concierto de la vida y todo lo que nos rodea:nuestros hijos, nuestros amigos, la familia, son esas notas musicales intermedias de las que hablas, las que nos dan serenidad. Todas ellas juntas forman nuestra razón de ser. Cada uno deberá saber si su razón de ser es un Adaggio, una sinfonía, un concierto,... y elegir el instrumento adecuado.
ResponderEliminarYo, hoy, en este blog me quedo con Bach. Parece que lloran sus cuerdas.